FAT BLACK SPIDER: el olvido de la indiferencia

«Bajo el prisma de la posmodernidad, la Corporación Musical Primitiva construía, junto a Christine Hinterkörner, los retales de una historia en la que cabía todo tipo de interpretaciones…»

Madame Humtata & Banda Primitiva de Alcoy (l13) by Reinhold Bidner

José A. García Casasempere

Sensual, atrevida o mordaz. Estas son solo algunas de las facetas que la polifacética Madame Humtata mostró el pasado sábado 25 de febrero durante su actuación en el Teatro Calderón. Una apuesta considerada para muchos como “arriesgada” que, de manera positiva o negativa, no dejó indiferente a ninguno de los asistentes. Este hecho concuerda con una de las reglas fundamentales de la publicidad cuando se quiere vender un producto: “que hablen bien o mal de ti, pero que hablen”. En este caso, el respetable habló.

Bajo el prisma de la posmodernidad, la Corporación Musical Primitiva construía, junto a Christine Hinterkörner, los retales de una historia en la que cabía todo tipo de interpretaciones: el paso del tiempo con sus respectivas fases de la vida, la batalla entre la soledad y la necesidad de formar parte de una sociedad, etc. Todo, con el pretexto de una araña que encarna los valores de un mundo oscuro y complejo. Minuto a minuto, el silencio estaba presente en la sala y tanto los participantes como los espectadores se metían de lleno en esta miscelánea cultural.

Con el paso de los años, el eslogan “renovarse o morir” ha conseguido más adeptos, y tras la puesta en escena de Fat Black Spider, la Banda Primitiva d’Alcoi ha manifestado que se atreve con otros estilos de música con los que no suele trabajar. A esto hay que añadir el hecho de representar el espectáculo en un lugar como Alcoy, profundamente arraigado a otros estilos y con una política cultural que, mande quien mande, algunos músicos no acabamos de entender: o bien hay mucha oferta cultural donde elegir en un mismo día, o bien la cartelera está vacía.

El estilo Avant-Pop-Art está arrasando en diversos países de la Unión Europea, tales como Francia, Lituania o Austria. Precisamente, desde este último lugar llegaba Madame Humtata y su más conocido secuaz: el batería Florian Kasper. El séquito quedaba completado con la presencia del madrileño Enrique Tomás, que ejercía como DJ residente y el también austríaco Reynhold Bidner como concertista visual. Sin embargo, el pilar musical más consistente llegaba con la Corporació Musical Primitiva, dirigida por Àngel Lluis Ferrando Morales. Interpretaciones como la de Hunter, Abandon Poverty o New Face permitían ver que algo novedoso se cocía sobre el escenario del Teatro Calderón. Personalmente, considero que el plato fue servido con abundante guarnición y que incluso los más escépticos se quedaron con ganas de pedir otra ración.

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