“L’Entrà dels Moros”, un aplaudido centenario (5-10-2014)

Iniciamos el año recordando el concierto-homenaje a los 100 años de «Uzul El M’Selmin»

Juan Javier Gisbert Cortés

PMB.  Recuperamos el artículo  firmado por Juan Javier Gisbert Cortés (actual embajador moro) que fue publicado en «El Nostre Ciutat» el martes 14 de octubre de 2014, gracias al cual podemos tener otra visión del pasado acontecimiento.

A la memoria de Ernesto Valor Calatayud, el musicógrafo alcoyano.

  ¿Cuántas veces hemos soñado los alcoyanos con poder desfilar por la calle San Nicolauet a los sones de “L’entrà dels moros”? Quizás demasiadas, convirtiendo nuestro deseo en una necesidad emocional, en un palpitar de la alcoyanidad, en una mitificación de la celebrada obra de Camilo Pérez Monllor; se puede afirmar con rotundidad que sus melodías han sido (y son todavía) idolatradas por propios y extraños durante varias generaciones desde los años cuarenta, aunque, al parecer, durante la primera época no fue de las piezas más apreciadas por el público; los gustos y las modas siempre han marcado la pauta.

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Foto: Diego Valor

En las notas recientemente firmadas por José María Valls Satorres, con motivo del estreno el domingo día 5 de Octubre de su obra “La Casa de las Chirimías”, afirmaba: “Hablar de “Uzul el M’Selmin” en su centenario, es hablar de una composición que ha resistido exultante el paso del tiempo, sencilla, sin alardes, de calle, es decir, al aire libre, prodigio de unidad de conceptos y ejemplo de composición. Una marcha mora de la que me hablaba mi maestro Fernando de Mora, y de su autor, al que veneraba. Consecuencia de lo anterior comencé a interesarme por esta partitura, y también el recuerdo de haberla tocado en alguno de los conciertos de fiestas con la música Primitiva, en los que era invitado a participar como clarinetista”, justificando con las notas a su nueva obra una parte de su profunda admiración hacia la centenaria obra que hoy nos ocupa.

 Valls Satorres nos sorprendió con su nuevo alumbramiento sonoro y musical (la ya citada “La Casa de las Chirimías”) al deslizarse elegantemente por los melismas y sutilezas destiladas en cada recoveco de la pieza centenaria, mostrándonos una marcha mora rotunda, bella, ampulosa, espectacular y envolvente, donde además pudimos escuchar hilvanadas las melodías de “Fortuna Favorable”, fanfarria para el Embajador Moro escrita a finales del pasado año para conmemorar el 175 aniversario de la primera edición impresa de nuestras embajadas festeras. La fusión de los “cantabiles” estuvo bien ensamblada, creando un mensaje de grandeza al imaginar sus resonancias en pleno desfile – esperemos que sea ya el próximo año -, y que arrancó los aplausos del público fiel a la “Vella” que abarrotaba el salón Rotonda del Círculo Industrial.

 El concierto de la Corporación Musical Primitiva de Alcoy, que además contó con la colaboración del “Grup de Dolçaines i Tabaleters La Cordeta”, nos hizo vibrar con multitud de sensaciones, algunas de clásico sabor como “Pare i fill”, “El K’sar el Yèdid”, “Tristezas y alegrías” o “Alma andaluza” y otras de nueva factura compuestas para la efeméride. Jaime Lloret Miralles, un hombre dedicado a la banda y fiel a la entidad firmaba “Jaumet, el judío”, que con sus primeros compases creó la expectación, haciendo sonar con brío la percusión, para fundirse seguidamente en una brillante entrada de los metales graves, y captando inmediatamente la atención de todos los presentes. Quizás un poco corta de duración, o falta de resolución final a nuestro gusto, pero una pieza a tener en cuenta en nuevas interpretaciones.

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Foto: Diego Valor

En la sala pudimos saludar y conocer al veterano Francisco Carchano Moltó, autor del inspirado pasodoble “Barrabàs”, tan interpretado durante la cabalgata de los Reyes Magos de nuestra ciudad, quien aportó al concierto una nueva partitura que tituló “Jasmine” (m.m.) apropiadísima para el acompañamiento de un cargo “fester”, por su orientalismo y elegancia, dentro de los canones tradicionales, y siempre siguiendo su personal estilo. Me gustaría aprovechar estas líneas para reivindicar su figura como futuro director del Himno de Fiestas de Alcoy, creo que tiene sobrados merecimientos.

 Estos veteranos maestros del arte de la composición que hemos citado dieron paso a las nuevas generaciones y Vicente Juan Sanoguera Rubio, instrumentista de la entidad a quien conocimos hace muchísimos años en la Coral Polifónica Alcoyana firmó con ilusión “Al-Rasik” (m.m.) que al decir de Pablo Martínez tiene claras influencias de los maestros Blanes y Blanquer, tan queridos por “el mùsic de la casa”. Esta obra estuvo claramente diferenciada en dos partes, bien pensadas, que resolvió con el oficio que le caracteriza. A nosotros, y solo a título personal nos impresionó la primera de ellas, dejándonos boquiabiertos. “Gracies Vicent, per aquest treball”.

 Y como remate al sensacional concierto matinal, pudimos descubrir entusiasmados una gran obra, un poema sinfónico al estilo de Strauss o Wagner. Hablamos de la pieza concebida por Eduardo Terol i Botella, quien rindió un tributo de pasión “A don Camilo”, convirtiéndose en el broche de oro, en la gema preciada de la celebración. Eduardo, como diríamos coloquialmente, “estuvo sembrado”, aunque mejor debemos asegurar que disfrutó de una brillante inspiración, mostrándonos su amplia formación concertística y su pasión por Weber, y ofreciendo unos pasajes melódicos que jugueteaban en todo momento con “L’entrà dels moros”. Al término del concierto, un hombre de teatro, de gran sensibilidad, músico y fester dijo: ”Tenía la impresión de ver a D. Camilo caminando entre los pentagramas, saltando por el discurrir de compases y corcheas”, y creo que todos los asistentes vibramos con estas cuidadas sonoridades sinfónicas, que el maestro Terol supo entrelazar, haciendo emerger y volatilizar los célebres compases de la obra de Pérez Monllor.

 Para finalizar, sin pensarlo dos veces, el maestro Ángel Luis Ferrando atacaba con brío la intervención de los panderos, para que, de nuevo, “L’entrà dels moros” hiciera que un estremecimiento general recorriese nuestras venas, al escuchar los generosos sonidos de “La Vella” que se entregó en una intervención compacta, brillante, sutil y bien concertada. Gracias profesores de la Primitiva por este acontecimiento especial.

Juan Javier Gisbert Cortés

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